La abeja negra gallega es una joya de nuestra tierra, adaptada desde hace siglos al clima y a la flora de Galicia.
Criar la abeja negra gallega es mucho más que producir miel: es proteger una herencia viva, conservar la biodiversidad y mantener el equilibrio natural de nuestros ecosistemas.
Cada colmena es fruto del cuidado y la paciencia, del conocimiento transmitido por quienes entienden que trabajar con abejas es también cuidar de la tierra. Su miel, intensa y con carácter, encierra el sabor auténtico de Galicia y el esfuerzo de quienes la mantienen viva.














