La miel es mucho más que un endulzante natural: es el resultado de un trabajo paciente y perfecto de las abejas, que transforman el néctar de las flores en un alimento puro,.
Cada cosecha refleja el entorno del que procede y guarda en su sabor la esencia de la naturaleza. Un producto noble, artesanal y lleno de vida.
En A Mariña de Lugo, las abejas trabajan en un ecosistema claramente distinto al del resto de Galicia. La proximidad del mar, el clima húmedo y la fuerte presencia de masas forestales condicionan de manera directa la composición de la miel multifloral. Aquí, el eucalipto sigue siendo la especie dominante, pero acompañado de una variedad botánica propia de la franja litoral.
El resultado es una miel multifloral con una identidad más fresca y ligera que la del interior, condicionada por la floración temprana propia de la franja atlántica y por la fuerte presencia del eucalipto.
La textura y el sabor varían más que en otras zonas por la combinación de flora autóctona, masas forestales de repoblación y suelos húmedos.
En la Mariña lucense, el eucalipto no es solo una especie relevante: es la base de la producción melífera de la costa. Su expansión desde finales del siglo XX lo convirtió en la principal fuente de néctar para la mayoría de los apiarios situados cerca del litoral.
La producción más intensa se da en los municipios de Viveiro, Xove, Cervo, Burela, Foz, Barreiros y, en menor medida, Ribadeo y Alfoz. La climatología suave permite una floración más estable y, algunos años, más precoz que en otras zonas gallegas.
A Mariña no es una comarca de montaña, por lo que la miel monofloral de brezo no alcanza aquí el protagonismo que tiene en zonas como A Fonsagrada o O Courel.
Aun así, existe producción puntual en áreas de transición hacia el interior, como: O Valadouro, Alfoz y Las zonas altas entre Foz y Mondoñedo
